Problemas que pueden atravesar los adolescentes
“CAMBIA…TODO
CAMBIA…”
Adolescencia, momento de la vida donde
se pueden sentir tormentos y fuertes emociones así como frecuentes
enfrentamientos entre las generaciones jóvenes y la de los adultos.
Los cambios físicos aparecen a partir
de los diez u once años en las mujeres y un poco después en los varones. Debido
a la velocidad de la transformación del cuerpo, muchos adolescentes están
preocupados por su apariencia y necesitan ser tranquilizados. Todo este
crecimiento, utiliza gran cantidad de energía, lo cuál podría tener que ver con
la necesidad que tienen de dormir más. El levantarse tarde de los adolescentes
irrita a los padres pero no es producto de la pereza de sus hijos, sino de
causas hormonales y físicas.
Es importante tener en cuenta que cada
sujeto se desarrolla a un ritmo diferente.
Además del rápido desarrollo físico,
se producen grandes cambios emocionales que aunque son positivos, a veces pueden
ser confusos e incómodos para los adultos y para el propio sujeto.
Para construir una nueva forma de ser
en el mundo… los adolescentes deben salir de sus casas. El grupo de amigos es lo
más importante en este momento de la vida, y es el lugar donde ellos van a
construir su nueva subjetividad. Los padres se hacen menos imprescindibles. Los
jóvenes pasan mucho tiempo hablando por teléfono, al frente de la computadora,
escuchando música o fuera de casa, lo que irrita a los padres
y produce conflictos.
Los conflictos y discusiones, aunque
sean frecuentes, no tienen que ver con la personalidad de los padres ni con el
que ellos. No es que no nos aprecien o no nos quieran más, sino que está
relacionado con la necesidad de los adolescentes de independizarse y construir
su propio proyecto de vida.
A la vez que se esfuerzan por ser más
independientes, intentan nuevos caminos; pero si se enfrentan con dificultades,
suelen enfurecerse, estar mal humorados y perder la confianza en sí mismo; lo
que los lleva a refugiarse en sus familias.

Los problemas más frecuentes que
pueden atravesar los adolescentes son:
Problemas
emocionales:
Que adolescente no se ha sentido tan
triste que ha llorado y deseado alejarse de todo y de todos; pensando que lo
vida no merece la pena vivirla. Estos sentimientos pueden dar lugar a un estado
depresivo que puede esconderse bajo excesos alimenticios, problemas para dormir
y preocupaciones excesivas sobre su apariencia física. También
pueden expresarse estos trastornos en forma de miedos o ataques de
pánico.
Problemas de
conducta:
Por un lado los adolescentes desean
que sus padres sean claros y les suministren límites precisos pero
cuándo esto se realiza, ellos sienten que le quitan la libertad y no le permiten
tomar sus propias decisiones. Se producen desacuerdos y muchas veces los padres
pierden el control no sabiendo que les está pasando a sus hijos, ni
donde están.
Por lo tanto, es importante que los
padres pregunten y conozcan donde están sus hijos, con quién están y adonde van.
Y los hijos informen a sus mayores.
Problemas
escolares:
Muchas veces los adolescentes rechazan
ir al colegio expresando así una dificultad en separarse de sus padres. Esto se
puede expresar en forma de “dolores de cabeza” o
“estómago”.
Otros de los problemas
puede ser la dificultad de integración al grupo de pares o conflictos con algún
alumno, puede estar siendo acosado por algún compañero. Todas estas situaciones
pueden hacer que concurrir al colegio se convierta en una experiencia solitaria
y amenazadora.
Otros problemas pueden estar asociados
a estados depresivos, ansiosos y a la falta de confianza en sí mismos para
encarar los desafíos del aprendizaje escolar y el de hacerse de
amigos.
Estos problemas emocionales afectan al
rendimiento escolar, pues es difícil poder concentrarse en la tarea cuando se
está preocupado por uno mismo, los problemas familiares o de
amistades.
Problemas
sexuales:
A veces los adolescentes son tímidos y
están preocupados por su físico y esto lleva a que no hagan preguntas acerca del
sexo a sus mayores. En otras oportunidades pueden recibir información errónea de
sus amigos y compañeros.
En otras ocasiones, puede ocurrir que
sus experiencias sexuales las realicen en situaciones de riesgo de embarazos no
deseados o de posibles contagios de enfermedades de transmisión
sexual. El frecuentar situaciones de riesgo puede indicar problemas emocionales
o reflejar una necesidad de vivir al límite.
Para prevenir dichos problemas
sexuales es importante que los padres, docentes, médicos de cabecera o centros
de orientación familiar, ofrezcan a nuestros jóvenes la adecuada información y
orientación sexual.
Problemas de
alimentación:
Pueden sufrir de anorexia o bulimia
nerviosa. Con respecto a la primera enfermedad, el sujeto se niega a comer y se
ve con sobrepeso aunque realmente esté muy delgado. Con respecto a la bulimia,
pueden tener sobrepeso o no pero ellos canalizan sus problemas a
través de la ingesta inadecuada de alimentos, esto los deprime y hace que deseen
superar este estado de ánimo a través de la comida produciéndose un círculo
vicioso difícil de controlar si no se los pone en tratamiento.
Problemas con el uso de alcohol,
drogas y pegamento:
El alcohol es la droga que mayor
frecuencia causa problemas en los adolescentes. Los padres deben estar atentos a
cualquier cambio repentino y grave de conducta de sus hijos.
La mayoría de las dificultades en la
adolescencia no son ni graves ni duraderas, pero el adolescente tiene que pasar
por alguna de ellas para constituirse en un ser libre e independiente con un
proyecto de vida.
Los padres todavía
cumplen un papel importante brindando una base segura a sus hijos. Para ello
tienen que ponerse de acuerdo entre sí sobre como están manejando las cosas y
apoyarse el uno al otro. No hay que realizar alianzas con el hijo, contra el
otro progenitor.
Los padres son los que mantienen a sus
hijos, por eso ellos tienen que decidir cuáles son las reglas del juego aunque a
veces puedan ser negociadas y acordadas entre padres e hijos. Dichas reglas
deben ser razonables y serán menos restrictivas cuándo el adolescente se haga
más responsable.
Se debe mantener un diálogo fluido y
permanente con los hijos así ellos podrán acudir a nuestro encuentro cuándo lo
necesiten. Para ello es preciso que se sientan escuchados, no criticados y no
avasallados.
Diálogo y escucha, dos principios
fundamentales para afrontar todos los cambios que se suceden en este maravilloso
momento de la vida de nuestros hijos.
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